No ha sido una mujer de su tiempo y, como ella asegura, no se ha dejado arrinconar jamás. Tiene una fachada robusta y una planta erguida, pero, tal y como me dijo el primer día que fui a su casa, necesita compañía. La vejez y el abandono van tan unidos en la sociedad que vivimos que da miedo ponerse en su pellejo.
Las arrugas de Carmen son tan bellas que podrían competir con cualquier modelo encorsetada en los cánones actuales. Los surcos de su rostro y de su mirada no son sino huellas de caminos recorridos y sabiduría acumulada.
Geniales las fotos, Carmen desprende una Luz muy especial, gracias por compartila!!
ResponderEliminar¡Gracias a vosotras por saber ver esa Luz!! ¡seguid así! Un beso
EliminarCalidad suprema
ResponderEliminarSin tu ayuda Carmen no habría salido tan favorecida ;)
EliminarSon impresionantes Bea! eres capaz de transmitir el caracter y la esencia de la gente. Enhorabuena bonita!
ResponderEliminarGracias por presentarnos a Carmen, felicidades Bea como si ya la conociera! Tu toda una artista!
ResponderEliminar¡Gracias chicas!! Ya os iré presentando a más gente de este lado del charco jeje. Un beso enorme para las dos!
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